miércoles, 2 de abril de 2014

La estatura con la que medimos al Otro




   Ya no recuerdo la infinidad de veces que en el colegio tenía que explicar que realmente sí tenía siete años y que era bajita porque mi mamá lo era, y  mi abuelo también lo fue, y etcéteras por doquier.

   Cuando tuve la capacidad para darme cuenta cuanto podía molestarle a los demás el hecho de yo fuera diferente, de que midiera mucho menos que ellos, me provocaba mucha molestia.

  En un principio era cargadas en la escuela, chistes por lo bajo, dudas de los adultos acerca de mi contextura física. En la adolescencia las cargadas aumentaron, dibujos de mi identikit, con mi diminuto cuerpo y los grandes anteojos de lectura que usaba, interrogatorios por parte de los patovicas a la hora de entrar a un boliche donde por supuesto si no llevaba el documento no pasaba.

  Pero la peor etapa fue finalizada el secundario, a la hora de salir a buscar laburo, cuando me encontraba en juego con una necesidad de trabajar, de tener mi independencia. Es que a los analistas obsesivos de las oficinas de recursos humanos les encantaba mi curriculum, y por eso es que me llamaban de todos lados, pero todo se terminaba cuando llegaba la entrevista laboral cara a cara y podían dilucidar (según ellos a ciencia cierta) de que una chica con esa altura no merecía ese puesto.

  Entonces el complejo pasaba de ser un complejo a convertirse en un verdadero obstáculo contra el que nada podía hacer. Ni la cantidad de libros que había leído, ni los cursos que había realizado, ni los estudios universitarios encaminados, nada valía la pena cuando uno medía un metro treinta y siete…

  Entonces decidí seguir la vida en el monótono conformismo de la sociedad, sin entender demasiado, pero supeditándome a las órdenes de los justicieros y altos relacionistas laborales.

  Con el tiempo aprendí una más de todas las cosas con las que los seres humanos nos conformamos. Pero también me sirvió para ver con que vara muchas veces medimos al otro.

  Hoy mi hija esta en segundo grado, y es inevitablemente la más bajita de su grado, la primera de la fila, la chiquitita, la petisita, etc. Ella también ha sufrido los embates de su estatura, sólo que para peor, de una manera mucho más dura que la de mi época. Pero no nos equivoquemos, no son los niños los que cada vez están más crueles, es que la educación viene de casa: cuando nos reímos del gordito en la tele, cuando insultamos a los que están en las cancha de fútbol, cuando le decimos a nuestros hijos que se cuiden del entorno, cuando avalamos la tortura o la discriminación de un pibe de la calle.

   Todo ocurre desde el día en que nos levantamos y nos creímos superiores porque no somos analfabetos, o porque podemos darnos el lujo de irnos unas vacaciones o comprarnos una camisa con etiqueta conocida, o porque leímos mucha literatura y nos expresamos con eufemismos baratos.

Pero de todo eso, el Otro no tiene la culpa, no ha pedido nacer en un barrio duro y humilde bordeado por la miseria. No ha buscado estar excedido de peso para recibir la humillación de una empleada en una tienda de ropa. No quiso ser bajito para que todos los consideren inferior por ello.

Las diferencias sirven para exaltarnos, para sacar cosas buenas de ello, para ver que no somos iguales y que eso es justamente lo bueno, lo fantástico del ser humano, lo que debería mantenernos unidos.

  Pensar en el Otro, poder aceptarlo tal cual es, es olvidar todo tipo de materialismo, es abordar al prójimo para conocer sus profundidades, es decidir una amistad o un amor porque considero que su interior me gusta o tal vez no.

Porque en definitiva como dijo alguna vez nuestro querido Principito: Lo esencial, es invisible a los ojos… Sólo se ve bien sino con el corazón,

  

sábado, 8 de marzo de 2014

¡Las mujeres más hermosas son las menos femeninas!



     No tengo un grado de feminidad muy alto, si es que alguna vez pudiera medirse.
  En plan de confesiones, me molesta mucho tener que peinarme para salir, me parece banal gastar dinero en maquillaje y tampoco muero por los zapatos.

  Suele asociarse lo femenino con ese universo superficial de lo estético. Nos reímos cuando vemos una mujer que no se ha depilado y es notorio, nos parece aterrador que una mujer prefiera lucir sus canas y evitar el paraíso de la peluquería.

  Pero… al fin y al cabo, de todas las mujeres más grandiosas de mi vida ninguna se encasilla en el monumento a la feminidad: Mi madre no pasaba horas frente a un espejo pero me enseño cosas importantes y hermosas para poder aprender a vivir. Mi abuela dejaba lucir sus canas sin necesidad de una coloración falaz, eso sí adoraba los perfumes, y también a sus nietos a los que nos dedicaba gran cantidad de horas de amor y juegos únicos.

De las mujeres más luchadoras tampoco puedo vislumbrar con claridad su necesidad por marcar lo femenino.
  Ni Eva luchando por los más necesitados con su rodete icono y siempre bella pero aferrada a esa fuerza arrolladora que la supo caracterizar.
  Ni Frida con su belleza exótica pero su inteligencia incomparable.
Tampoco María Elena con sus mágicos cuentos y canciones que marcaron cientos de generaciones.

Ser mujer ya se sabe no es cosa fácil. Soportamos diferencias que naturalizamos tanto al punto de que ni siquiera nosotras mismas podemos diferenciarlas. Están implícitas en las publicidades de desodorantes o de productos de limpieza, en el trabajo, en la facultad.

Nos transformamos en multiuso haciendo cincuenta cosas a la vez. Sufrimos nuestra primera menstruación, nuestra primera vez, cuando vamos a concebir a nuestros hijos.
Muchas sufren silenciosamente el maltrato de hombres que se creen superiores…

Por eso es que creo que la femineidad pasa por otro lado. Femeninas son aquellas que luchan día a día para criar a sus hijos solas, para conseguir ese trabajo en donde el puesto es requerido por hombres, para arreglar cada desperfecto doméstico que se rompe, las que aman con todas sus fuerzas hasta conseguir ese amor infinito.

Conozco muchas de ellas y no puedo dejar de admirarlas, y  es que detrás de ese mundo chiquito de lo femenino salen a la luz.... Grandes Mujeres.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Crónica de una insomne sin reparos


    
  Una vez existió una niña que con ocho años hacía lo imposible porque su madre no se durmiera porque detestaba la noche, entonces no paraba de hablar y de contar historias y relatos, y aunque su mamá se moría de sueño y cansancio por todo lo que había hecho durante el día, con compasión la escuchaba.

      La niña no sabía que inventar, cada noche, cuando llegaba el momento de ir a dormir era un gran problema. Detestaba ver que sus padres y sus hermanos dormían tan plácidamente. pues para ella era imposible poder hacerlo.
     Cuando pasaron los años, ya entrada su adolescencia, descubrió como encontrarle la vuelta al insomnio, no buscó métodos para intentar dormir, nada de pastillas, ni de extrañas infusiones. Una lapicera y un cuaderno lo solucionarían todo. Desde ese día escribió sin parar, pavadas, porque no... pero al menos sumaban horas para que al fin llegara el sueño o en última instancia las primeras luces del día.

    A mis 32 años, con una casa, un marido y dos hijas que criar me sigue costando conciliar ese sueño, aborrezco acostarme temprano, aún no se si detesto la noche o por el contrario la disfruto leyendo, mirando bizarros programas de tv, o escribiendo incoherencias. Lo que sí puedo aseverar es que son muchas las personas que les cuesta conciliar el sueño cada noche.

    Me gusta pensar que somos muchos los insomnes que adoramos usar la noche para que nuestra maquinita cerebral arranque con todo y se diluya en palabras que llenan hojas en blanco.

    En ocasiones aparecen los insomnes casuales, aquellos que no pueden dormir porque están en la espera de una sala de parto ansiosos con la llegada de su primer hijo, o los que se hacen mala sangre y acostados le cuentan a su almohada los pormenores de su lista de problemas.

  Contar ovejas o dormir con determinada posición son algunas de las técnicas que recomiendan hasta el más común de los mortales. Hasta ahora, ninguna me ha funcionado.
  Durante mis miles noches despierta me han ocurrido cosas bellas y también horribles. He dejado sin dormir a un sin fin de personas. He alucinado con ladrones invisibles, He sufrido ataques de pánico y también fabricado largas listas de promesas incumplidas.

   Para los enamorados el insomnio es una enfermedad: a corto plazo si logran ganar al gran amor de sus vidas y a eterno plazo si se transforma en un amor no correspondido. 
  ¿Compañeros del insomnio? Los locutores de las radios, las mil y una tazas de café, los ruidos que ocurren  demás ya conocidos.
   Estoy segura de que si ese insomnio no existiese... tal vez mi vida sería más ordenada, pero también menos inspiradora...

sábado, 15 de febrero de 2014

El día que nos aburrimos nos convertimos en Picasso


    El aburrimiento es el cansancio o fastidio causados generalmente por disgustos o molestias, o por no tener nada que divierta y distraiga nos dice Wikipedia, se podría decir que uno se aburre cuando no se le ocurre nada que hacer, por eso, muchas personas consideran que el aburrimiento es una cuestión que solo es sufrida por los niños, cuando no saben a que jugar, cuando ya se aburrieron de jugar siempre a lo mismo, cuando deben estudiar algo que no les agrada. Pero considero que nada más lejos que eso. Es más, me atrevería a decir que el aburrimiento es un malestar bien padecido por los adultos. Y en ese aburrir los mayores cometemos un millón de actos, algunos buenos, otros increíbles, pero otros por demás ímbeciles. 
  Aburrirse tiene que ver con perder curiosidad por algo, por estar cansado de la monotonía de siempre, de la misma rutina grisacea. En días como los actuales, aburrirse es el efecto producido por la sobre exposición de sucesos a los que estamos expuestos todos los días: una televisión que nos machaca con los mismos zocalos de alerta rojo, la pantalla de un telefóno móvil que nos alerta de una noticia ya sabida, el mismo regalo en la cajita feliz, las novedades poco novedosas del precio de los huevos de chocolate en pascuas. 
  Es razonable que nos aburramos tanto. Existen personas que cuando se aburrieron cometieron un millón de estupideces: se han puesto de novios solo por aburrimiento, comenzaron a consumir drogas solo por aburrimiento, o hasta se lastimaron a ellas mismas. Es íncreíble lo que nuestra cabecita loca puede hacer...
  Pero también existen otras personas que con su aburrimiento lo transformaron todo para siempre haciendo de sus vidas algo altruista y hermoso: Un Pablo Neruda escribiendo versos bajo una noche estrellada, un Pablo Picasso pintando lienzos como espejos de realidades, o porque no un René Favaloro creando el by pass coronario para evitar infartos.
  Definitivamente, me quedo con los aburridos creativos, de los más grandes, como los recién mencionados, como los de perfil un poco más bajo: Gente que se aburre y toca melodías inalcanzables con su viola, gente que congela imágenes insuperables con una simple cámara fotográfica, gente que juega con sus hijos e inventa juegos que no se venden en ninguna juguetería, gente que fábrica hermosos saquitos con sus dos agujas de metal, gente que crea incansablemente con su majestuoso aburrimiento.
   Los argentinos somos excelentes para crear tras un abatido aburrimiento, no se necesitan próceres para eso, basta con ver un mágico graffiti en la esquina de la pared de un barrio para comprobar que el aburrimiento es una gran epopeya heroica, que en ocasiones puede sacar lo mejor de nosotros mismos.
 

miércoles, 12 de febrero de 2014

¿San Valentín? ¿Cuanto puede costar tu amor?


































  No hay caso, es inútil pelear contra este tipo de fechas superconsumistas que vienen de tierras lejanas, más bien colonizadoras. Levantamos bandera, lo hablamos con nuestros amigos, lo difundimos en las redes sociales o porque no mediante una columna en un blog, pero no pasa nada, che, por más que nos pongamos en contra de el "día de los enamorados" con miles de argumentos de lo más razonables y justificables, las vidrieras se empeñan en pegar calcos llenos de corazones, las confiterías en impulsar la venta de chocolates, las florerías lo suyo y así cada rubro con su kioskito... porque se sabe ¿Quién va a renunciar al aumento de las ventas en su negocio solo por una cuestión de distinción de banderas?
  Mientras tanto los enamorados gastadores, compraran entradas para el cine, un oso de peluche que después las mujeres no tenemos lugar donde ponerlo y usaremos como una cómoda almohada y los que están más complicados en cuestiones monetarias la típica rosa pasada de época, descolorida y sin espinas que venden en el paso nivel de la estación del tren.
  ¿Les avisaron que antes del "Valentine Day´s" ya existía el amor? Yo no recibo esos actos de amor de manera continua, ni mucho menos el 14 de Febrero, no me quejo, mi vida no ha cambiado, y tampoco lloro. Lo cambio, lo modifico y lo renuevo para hacerlo y mantenerlo cada día. De eso verdaderamente sí, se trata el Amor. 
  El amor no es una cosa barata que se encuentra de oferta, tampoco es algo caro, como esas gargantillas que se encuentran en la vidrieria de una joyería como algo inalcanzable de adquirir. Amamos a diario sin darnos cuenta, amamos de vez en cuando si extrañamos a alguien, amamos cuando alguien tarda horas en hacer esa llamada y esperamos inquietantes que suene el horrible ringtone del celular, amamos cuando les tomamos 380 fotos iguales a esa personita que da un millón de vueltas en la calesita, amamos cuando viajamos y miramos una foto de alguien a la distancia, amamos cuando comemos todos juntos y repetimos la misma anécdota miles de veces. 
  Amar es inevitable, no se trata de barato o caro, se trata de amar hasta el hartazgo, hasta que te duelen las mejillas de tanto que te las apretaron, de recibir esa carta con la letra tan espantosa pero en la que te dijeron justo lo que vos esperabas, de llegar a la sala de parto y poder escuchar ese llanto por primera vez. Es una cuestión de intercambios incondicionales, espero poder amar y espero poder ser amado...a todos una vez nos pasó.
   No encuentro calendarios que marquen el día especial en que nos enamoramos de la primera señorita, del pibe que me cruce en el bondi y no se ni como se llama, de la abuela cuando viene y me trae un pulover que me tejió, del hombre con el que nunca viviste un momento tan único, del ser pequeñito que se queda horas mirándome mientras le doy el pecho. Yo me pregunto: ¿Cuanto costaran todas estas cosas? ¿Cuanto puede costar tu amor?





martes, 11 de febrero de 2014

No se trata de magos y de flores: Se trata de Maga Florida



   Es cierto... no se trata de magos y de flores cuando decimos Maga Florida, pero bien puede decirse que es un dueto musical mágico y porque no, florido.
  Desde la guitarra del excelente músico Facundo Cabrera se despliegan sonidos mucho más que pegadizos, sino más bien poéticos, logrando así un camino hacia el túnel de melodías con las que uno quiere viajar siempre y nunca dejar de escuchar. Y ni hablar de Magalí Pintener, la voz, irreverente y contundente que se quiere reflejar por momentos con los de una cantante de tango en una cantina de un viejo bar, pero también de una dulce niña salida de un coro de ángeles.
  Quizá en aquel 2008 cuando Maga salió con la guitarra bajo el brazo para tocar en la famosa calle Florida muchos hubieran dicho: "Sueña Grande". Pero de a poco el sueño comenzó a mutar para convertirse en la realidad que hoy es. Al tiempo que Maga se le animó a la prodigiosa idea de convertirse en una verdadera artista callejera con todas las letras, pero también con todas las fuerzas, conoció a este muchacho que sabe más de música que de cualquier otra cosa, Facundo, para lograr ser uno y sonar como hoy están sonando.
  La banda no solo se le anima al rock nacional, desde su repertorio se escuchan melodías de Charly, el flaco Spinetta, pasando por temas de Sandro y tango también. Son gente minuciosa con lo que hacen, no caen al boleo, son horas de mucho ensayo y mucho corazón.
  En esta oportunidad, que se presentaron en el teatro La Luna Varieté, Monte Grande, contaron con la participación de un nuevo integrante, Marcos Benavidez Ayala, para darle golpe, fuerza y sudor en la batería. 
  Y además como no se andan con "chiquitas" se dieron el lujo de sumar una flauta, de la mano de Ayelen y un bajo, por parte de Anibal. Lo que quiere decir que cada día, el duo va tomando las dimensiones que le corresponden.
  Quien todavía no tuvo la oportunidad de preparar oídos, les aseguro que no van a arrepentirse... Maga Florida deja en claro que la música no se trata solo de sonidos, hay mucho poder en eso que ellos hacen, cuando se plantan en el escenario tienen la fuerza de un gran torbellino que cambia el ambiente convirtiendo el clima en notas únicas e irrepetibles que uno no quiere dejar de escuchar. Nos vamos cantando bajito y esperando hasta la próxima fecha... esperando que la Magia... vuelva a comenzar