miércoles, 12 de febrero de 2014

¿San Valentín? ¿Cuanto puede costar tu amor?


































  No hay caso, es inútil pelear contra este tipo de fechas superconsumistas que vienen de tierras lejanas, más bien colonizadoras. Levantamos bandera, lo hablamos con nuestros amigos, lo difundimos en las redes sociales o porque no mediante una columna en un blog, pero no pasa nada, che, por más que nos pongamos en contra de el "día de los enamorados" con miles de argumentos de lo más razonables y justificables, las vidrieras se empeñan en pegar calcos llenos de corazones, las confiterías en impulsar la venta de chocolates, las florerías lo suyo y así cada rubro con su kioskito... porque se sabe ¿Quién va a renunciar al aumento de las ventas en su negocio solo por una cuestión de distinción de banderas?
  Mientras tanto los enamorados gastadores, compraran entradas para el cine, un oso de peluche que después las mujeres no tenemos lugar donde ponerlo y usaremos como una cómoda almohada y los que están más complicados en cuestiones monetarias la típica rosa pasada de época, descolorida y sin espinas que venden en el paso nivel de la estación del tren.
  ¿Les avisaron que antes del "Valentine Day´s" ya existía el amor? Yo no recibo esos actos de amor de manera continua, ni mucho menos el 14 de Febrero, no me quejo, mi vida no ha cambiado, y tampoco lloro. Lo cambio, lo modifico y lo renuevo para hacerlo y mantenerlo cada día. De eso verdaderamente sí, se trata el Amor. 
  El amor no es una cosa barata que se encuentra de oferta, tampoco es algo caro, como esas gargantillas que se encuentran en la vidrieria de una joyería como algo inalcanzable de adquirir. Amamos a diario sin darnos cuenta, amamos de vez en cuando si extrañamos a alguien, amamos cuando alguien tarda horas en hacer esa llamada y esperamos inquietantes que suene el horrible ringtone del celular, amamos cuando les tomamos 380 fotos iguales a esa personita que da un millón de vueltas en la calesita, amamos cuando viajamos y miramos una foto de alguien a la distancia, amamos cuando comemos todos juntos y repetimos la misma anécdota miles de veces. 
  Amar es inevitable, no se trata de barato o caro, se trata de amar hasta el hartazgo, hasta que te duelen las mejillas de tanto que te las apretaron, de recibir esa carta con la letra tan espantosa pero en la que te dijeron justo lo que vos esperabas, de llegar a la sala de parto y poder escuchar ese llanto por primera vez. Es una cuestión de intercambios incondicionales, espero poder amar y espero poder ser amado...a todos una vez nos pasó.
   No encuentro calendarios que marquen el día especial en que nos enamoramos de la primera señorita, del pibe que me cruce en el bondi y no se ni como se llama, de la abuela cuando viene y me trae un pulover que me tejió, del hombre con el que nunca viviste un momento tan único, del ser pequeñito que se queda horas mirándome mientras le doy el pecho. Yo me pregunto: ¿Cuanto costaran todas estas cosas? ¿Cuanto puede costar tu amor?





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